La migraña es un síndrome clínico que existe durante muchos años en la vida del paciente, tiene ataques de dolor que pueden durar desde unas pocas horas hasta unas pocas semanas, tiene muchos síntomas que la acompañan y no presenta dolor de cabeza entre los ataques. Las migrañas, en las que las características genéticas pueden ser efectivas en su desarrollo, generalmente pueden definirse como un dolor de cabeza unilateral acompañado de náuseas y sensibilidad a la luz y al sonido. Durante los ataques de migraña, la calidad de vida de los pacientes con migraña es inferior a la de la población sana en general. El riesgo de migraña en hijos de personas con migraña en sus familias es mayor que en la población general.

La migraña, una enfermedad en la que intervienen factores genéticos y ambientales juntos, no es una enfermedad puramente genética. Hay dos subtipos principales: migraña con aura y migraña sin aura. La migraña con aura, que constituye el 10% de las crisis de migraña, se manifiesta con síntomas sensoriales temporales como alucinaciones en forma de líneas en zig-zag, visión borrosa, destellos de luz o la presencia de huecos en el campo visual conocidos como escotomas. aproximadamente una hora antes del desarrollo del dolor de cabeza.

También puede ir acompañado de otros síntomas como mareos, entumecimiento, hormigueo, debilidad en brazos y piernas, pérdida de sensibilidad y confusión de palabras. La presencia de un aura no es un indicador de la gravedad del ataque. Los ataques de migraña sin aura pueden ser tan graves como los ataques de migraña con aura, o pueden ser más graves.